Con esta guía pretendemos dar una aproximación introductoria de los impuestos españoles básicos y más comunes con los que una persona no residente (lea este artículo para saber cuándo se considera persona no residente en España) o extranjera puede enfrentarse.
Esta guía no es, en ningún caso, sustitutiva del asesoramiento profesional, ya que se requiere un estudio profundo de las diferentes circunstancias personales para dar el mejor y más provechoso asesoramiento fiscal.
No dude en ponerse en contacto con nosotros y estaremos encantados de darle la mejor solución para su situación.
La autoridad española responsable de la recaudación de impuestos es la «Agencia Estatal Tributaria» (AEAT-Hacienda). Está organizada de forma provincial. En cada provincia hay una oficina principal de Hacienda.
En muchas provincias hay también una o más oficinas subprovinciales.
En España es su responsabilidad obtener un formulario de impuestos, rellenarlo y calcular la cantidad de impuestos que debe al Estado. A continuación, es su responsabilidad presentar el formulario a Hacienda junto con el pago de impuestos correspondiente.
Se trata de un impuesto que se paga cuando se adquiere un terreno agrícola o una casa/apartamento/parcela edificable de un propietario privado.
Por lo general, es el 7% (depende de las regiones) del valor declarado de la propiedad tal como se expresa en la Escritura de Compraventa.
Esto ha llevado a la gente a tener la tentación de infradeclarar el valor de la propiedad. Aunque esta práctica estaba y está muy extendida, es un error. Hay que pagar multas por las infradeclaraciones abusivas que, además, pueden dar lugar a dolores de cabeza por el Impuesto sobre el Valor Añadido en la compra, ya que el valor declarado en la compra es la línea de base utilizada por las autoridades al evaluar la ganancia de capital que se obtiene en la enajenación de la propiedad.
Se paga en lugar del I.T.P. cuando se compra a un Promotor en lugar de a un particular.
En la actualidad, el impuesto se aplica al tipo del 21% a los solares y a las ampliaciones realizadas con posterioridad a la construcción de las viviendas.
Se aplica un tipo del 10% a la construcción de una vivienda y a las edificaciones asociadas, excluyendo los locales comerciales.
También se aplica un tipo del 10% tanto al solar como a la vivienda si se compran ambos al mismo tiempo.
Además del IVA, también tendrá que pagar un Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) del 1% (depende de las regiones) del precio de compra de un promotor.
Varían en función de la localidad, el tipo y el valor de la propiedad. No son estrictamente impuestos, sino tasas administrativas, pero, en aras de la exhaustividad, se mencionan en este documento.
Es el principal impuesto local sobre la propiedad que afecta a los propietarios de inmuebles en España.
El importe del impuesto se calcula por referencia al «valor catastral» (valor oficial de la propiedad) registrado con respecto a todas las propiedades en España.
El porcentaje de ese valor catastral que se cobra como impuesto varía de una zona a otra.
Los valores oficiales eran, hasta hace poco, muy bajos. Ahora están aumentando rápidamente, de acuerdo con una política del Gobierno español que hará que los valores oficiales se aproximen al valor real de la propiedad.
Algunos municipios recaudan impuestos adicionales en relación con los servicios que prestan a los habitantes de la zona. Estos pueden incluir la recogida de basuras, la limpieza de las calles y las playas, etc.
Los municipios también tienen derecho a recaudar una tasa por el uso de un vehículo en su zona.
Una persona no residente en España a efectos fiscales debe hacer una declaración anual del impuesto sobre la renta.
Las autoridades españolas sólo se ocupan de los ingresos que usted obtiene de las actividades en España, no de sus ingresos mundiales.
Ejemplos típicos de esto serán sus ingresos derivados del alquiler de su apartamento o casa. (Véase también «Impuesto sobre el valor ficticio de alquiler de su propiedad» más abajo).
Como estos ingresos forman parte de sus ingresos mundiales, tendrán que ser declarados a las autoridades fiscales británicas, pero existe una desgravación por doble imposición como resultado de un tratado entre los dos países.
Los españoles no tienen un sistema separado de evaluación del impuesto sobre las ganancias de capital. Para las personas residentes en España a efectos fiscales, las ganancias de capital se tratan como parte de su renta imponible para el año en que se produce la ganancia.
Para las personas no residentes en España a efectos fiscales, el impuesto sobre la plusvalía se paga, generalmente, a un tipo fijo del 19% sobre la diferencia entre el precio por el que se vendió el artículo y el precio pagado por él.
En el ejemplo típico de la venta de un inmueble, los precios utilizados para calcular la cuota tributaria son los declarados en la Escritura.
Además de los demás casos deberá hacer una declaración de impuestos con respecto al valor ficticio de alquiler o uso propio de su inmueble.
Esta declaración debe realizarse tanto si ha usado por su cuenta realmente la propiedad como si no.
Si realmente ha alquilado la propiedad y ha recibido dinero por ella, entonces el dinero que ha recibido se habrá declarado en su declaración de la renta de no residentes.
La declaración de los ingresos ficticios de su propiedad o uso propio se hace en un formulario llamado 210, que puede obtenerse en la página web de la Agencia Tributaria.
El importe del impuesto se calcula en función del valor catastral de su propiedad.
Como en la mayoría de los países, en España al Estado le gusta quedarse con una parte de su patrimonio cuando usted fallece. La cantidad que recibirán depende en gran medida de lo bien que planifique sus asuntos.
Todo el sistema de tributación por fallecimiento es muy diferente de los de otros paises, por lo que supone un verdadero peligro para los no-residentes y extranjeros, que inconscientemente asumen que se aplicarán disposiciones similares y organizan sus asuntos en consecuencia. Algunas diferencias son: En España no existe una herencia automática por parte de un cónyuge u otro copropietario de la parte del copropietario fallecido en cualquier propiedad. Si se deja por testamento o por sucesión intestada al otro copropietario, la herencia estará sujeta a impuestos.
La cuantía del impuesto que se paga no se determina en función de la cuantía de todo el patrimonio -como en Inglaterra, por ejemplo- sino de la cuantía de cada una de las herencias. El impuesto es progresivo: cuanto más se herede, más alto será el tipo impositivo que habrá que pagar.
Los parientes cercanos pagan un tipo impositivo más bajo que los parientes más lejanos, que a su vez pagan menos impuestos que los desconocidos.
Los parientes cercanos también tienen derecho a recibir una suma libre de impuestos. Los parientes más lejanos y los desconocidos no.
Los que ya son ricos cuando heredan pagan más impuestos que los beneficiarios que son pobres, aunque, como en el caso de los extranjeros el único patrimonio que se tiene en cuenta es el español, esto rara vez produce dificultades en la práctica.
Se imponen sanciones si el impuesto adeudado no se paga en un plazo de 6 meses a partir de la fecha del fallecimiento.
En muchos casos en los que el pago de impuestos considerables va a suponer un problema, es posible enajenar los bienes en vida del propietario de forma mucho más económica que a su muerte.
En muchas regiones existen importantes desgravaciones cuando ambos, fallecido y beneficiarios, son residentes en la región. Cuando los beneficiarios son parientes cercanos puede incluso no haber pago del impuesto de sucesiones.
